¿Qué esperar de la edición 2020? Una entrevista con Deusdit Correa
Scrum, que usamos frecuentemente en AmbideXtro en nuestros entrenamientos, es uno de los marcos ágiles más conocidos en el mundo. El 18 de noviembre de 2020, la guía Scrum tuvo una actualización importante que busca hacer la práctica más accesible, sencilla y abierta. Para ayudarnos a entender las implicancias de este cambio, conversamos con Deusdit Correa, especialista en metodologías ágiles, Lean y agilidad para el escalamiento. Además, es Senior Asociado en Ambidextro, CEO y fundador de Innovant Technologies, y parte fundacional de la primera comunidad de agilidad en el país: Agile Perú.
N: Deus, para entrar en contexto, ¿cómo definirías Scrum?
D: Muchas personas confunden Scrum con agilidad, pero no es exactamente eso. Scrum es un marco de trabajo, no una metodología, porque no tiene reglas, artefactos y roles demasiado descriptivos. Nos permite adoptar prácticas ágiles de una manera bastante sencilla en cualquier organización. En este sentido, Scrum es una forma de trabajar ágil. La agilidad, en cambio, es un mindset, un concepto paraguas que incluye a Scrum como una de las formas de trabajo que puede tomar.

N: ¿Qué ha cambiado en la nueva guía de Scrum?
Jeff Sutherland, uno de los creadores de Scrum, lo explica: se busca que sea una guía más abierta y comprensible para entornos y áreas que no son de TI. Scrum y Agile nacen en el entorno de desarrollo de software, pero Scrum viene siendo utilizado en otros entornos desde hace varios años, y el marco tenía algunos términos muy orientados a software. Por eso yo considero que estos cambios son más de lenguaje.
N: ¿Puedes darnos un ejemplo?
N: Es interesante que en la nueva guía se esté buscando democratizar Scrum. En ese sentido, ¿qué tendencias vemos hacia adelante?
Scrum está tendiendo hacia eso. Ya no es un marco de desarrollo de software exclusivamente. Hay muchos usos de Scrum en otras áreas y está generando el resultado esperado. Yo creo que mientras Scrum y la agilidad, en general, den buenos resultados, puede ser utilizado en cualquier industria. Uno de los primeros usos fuera de software fue Marketing, porque esta disciplina se mueve en entornos de alta complejidad e incertidumbre. Y Scrum calza muy bien en estos entornos.
También se usa la agilidad en educación. Empezaron en postgrado y están trabajando hacia niveles de pregrado e incluso colegios, donde los niños trabajan de una manera colaborativa y experimental.
Un espacio que me gustaría ver cómo evoluciona es el legal. En algunos países ya los abogados se están moviendo bajo el mindset ágil, trabajan de manera iterativa, con feedback rápido, en colaboración con el cliente. Pero es complicado, porque se mueven en entornos donde hay mucho recelo, mucha información sensible.
En ese sentido, otro reto es llevar la agilidad al Estado, porque implica cambios bastante fuertes en lo cultural, organizacional, normativo. Inglaterra está avanzado en eso, trabajan bajo un concepto de Gobierno Ágil. Nosotros acá en el Perú tenemos mucho por avanzar en ese sentido.
N: Quiero pasar ahora al tema de las certificaciones y la moda de ser Scrum Master. ¿El cambio en la guía responde también a esta “moda”? Cuéntanos de eso.
Todavía en el mercado valoran mucho las certificaciones. Yo tengo una opinión distinta, valoro más el trayecto que puede haber tenido esa persona para certificarse. Actualmente certificarse en Scrum es muy fácil. Estudias, pagas, respondes ciertas preguntas. Hay certificaciones más difíciles que otras, pero, la certificación no te hace un Scrum Master. Para eso, necesitamos tener experiencia, recorrido en campo, pasar por barreras y aprender a salir adelante.